La mordaza del poder: un intento descarado por silenciar al pueblo que exige justicia
En medio de crecientes críticas por su mala gestión, promesas incumplidas y un Estado plagado de corrupción institucional, el gobierno de Luis Abinader ha decidido jugar su carta más baja y antidemocrática: imponer una ley mordaza con el pretexto de proteger “el honor y la intimidad” de los ciudadanos, cuando en realidad se trata de protegerse ellos mismos del escrutinio legítimo del pueblo.
Este intento de blindaje legal no es más que una reacción autoritaria de un presidente que, lejos de enfrentar la corrupción enquistada en todos los niveles del gobierno, pretende acallar la voz de quienes denuncian las irregularidades. La ley mordaza, impulsada en el Senado con la complicidad de legisladores del oficialismo y de partidos “opositores” que hace tiempo dejaron de representar al pueblo, busca criminalizar la crítica, la denuncia y el periodismo libre.
El colmo del descaro es que quienes empujan esta legislación están rodeados de escándalos. Funcionarios con fortunas inexplicables, ministros con vínculos turbios, contratos públicos otorgados sin licitación, y legisladores que legislan más para sus bolsillos que para la nación. ¿Cómo se atreven a hablar de "honor" quienes lo han perdido hace tiempo?
Esta ley no protege a los ciudadanos comunes. No es el campesino, el obrero, la madre soltera o el joven universitario quien necesita ocultar su vida al ojo público. Es el funcionario que roba. Es el senador que recibe sobornos. Es el diputado que aprueba leyes a cambio de favores. Es el ministro que se enriquece mientras los hospitales no tienen medicamentos. A ellos es a quienes esta ley busca proteger.
En lugar de promover la transparencia, este gobierno ha optado por el oscurantismo legal. En lugar de enfrentar las denuncias de corrupción, ha decidido censurar. En lugar de respetar la democracia, ha elegido el camino de la represión disfrazada de legalidad.
Luis Abinader, quien llegó al poder con un discurso de cambio, ha demostrado ser más de lo mismo. Su gobierno no solo ha fracasado en depurar el aparato estatal, sino que ha perfeccionado los mecanismos para encubrir la podredumbre institucional. Y ahora, con esta ley, pretende institucionalizar el silencio.
Pero el pueblo dominicano no es tonto. No se deja engañar por comunicados bonitos ni discursos enlatados. El pueblo ha aprendido a reconocer cuándo se le quiere callar, y también ha aprendido a levantar la voz con más fuerza cuando le quieren tapar la boca.
La libertad de expresión no es negociable. No se negocia la verdad, no se negocia el derecho a denunciar, no se negocia la dignidad de un pueblo. Esta ley mordaza representa una amenaza directa a la democracia y una confesión tácita de culpa por parte de un gobierno que no quiere que se sepa lo que hace.
Desde WXM ONE RADIO denunciamos con firmeza esta ley y responsabilizamos directamente al presidente Luis Abinader, a sus senadores, diputados y ministros, por intentar convertir la crítica en delito. Llamamos al pueblo a resistir esta afrenta, a organizarse, a expresarse más fuerte que nunca.
Porque cuando un gobierno teme a la verdad, es porque ya ha cometido demasiadas mentiras.
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