LA FAMILIA DE LUIS ABINADER NO FUE ELECTA: QUE RESPETEN LA SEPARACIÓN DE PODERES

Es inaceptable que la primera dama Raquel Arbaje y las hijas del presidente Luis Abinader utilicen su apellido y su cercanía al poder para presionar públicamente decisiones del Congreso Nacional. ¿Con qué autoridad moral o institucional se abrogan ese derecho? ¿Quién las eligió? ¿Qué artículo de la Constitución les da voz deliberativa sobre asuntos legislativos?

UN ACTO DE PRESIÓN DISFRAZADO DE OPINIÓN PERSONAL
En días recientes, la esposa del mandatario y sus hijas firmaron una carta pública manifestando su postura sobre el contenido del nuevo Código Penal. Más allá de la opinión particular, lo grave no es que opinen, sino desde dónde lo hacen. No es una carta ciudadana. Es una misiva cargada de poder simbólico e institucional, que pretende orientar al Congreso como si se tratara de un apéndice del Palacio Nacional.

NO FUERON ELECTAS, NO PUEDEN DELIBERAR
En una República democrática, solo aquellos que han sido elegidos por el pueblo tienen voz y voto sobre las leyes. La familia presidencial no es parte del Congreso, no tiene curules ni investidura política. Por tanto, cualquier presión pública desde ese entorno representa una violación al principio de separación de poderes. Si tienen una opinión, pueden expresarla como cualquier ciudadano, pero no deben usar el apellido presidencial como escudo ni como espada.

LA DEMOCRACIA NO SE HEREDA, SE GANA EN URNAS
El pueblo votó por un presidente, no por una familia. La democracia dominicana no es un reinado donde la esposa o las hijas del mandatario adquieren influencia automática sobre el Estado. Que opinen en la mesa de su casa. Que debatan entre ellas. Pero que no intenten marcar líneas políticas a través de medios de comunicación, disfrazando de “preocupación ciudadana” lo que claramente es una interferencia en los poderes públicos.

CADA PALABRA DE ELLAS NO ES INOCENTE
Cuando la familia del presidente emite una opinión pública sobre un proyecto legislativo, esa opinión no resuena como la de cualquier mujer o ciudadano: resuena como una instrucción cifrada, como un mensaje dirigido a los legisladores. Es un lenguaje político cargado de presión implícita, un intento de moldear el voto parlamentario sin siquiera sentarse en una curul.

GOBERNAR NO ES UNA CAUSA FAMILIAR
¿Desde cuándo las decisiones del Congreso deben tener la bendición moral de la familia presidencial? ¿Cuántas veces más intentarán utilizar la figura de esposa o hija del presidente para manipular el curso institucional de la nación? Este no es un país que se gobierna por consenso doméstico ni por apellidos. Este país se gobierna con leyes, instituciones y respeto a la voluntad popular.

WXM ONE RADIO EXIGE RESPETO A LA REPÚBLICA
El Código Penal es un asunto de Estado, no de familia. Y si la primera dama o sus hijas quieren incidir en el rumbo político del país, que se lancen a la política, que aspiren a una diputación, y que rindan cuentas ante el pueblo como todo servidor público. No más cartas desde el poder. No más instrucciones desde la alcoba presidencial. República Dominicana no es una finca. Es una nación democrática. Que lo entiendan.