EL PRM NO ES CAMBIO: ES EL RECICLAJE DEL DESASTRE DEL PRD
El PRM no representa una transformación, sino la continuidad de una historia política plagada de fracasos, corrupción, narcotráfico y colapso institucional. Bajo un nuevo nombre, pero con el mismo ADN del viejo PRD, el gobierno de Luis Abinader ha demostrado que el "cambio" fue solo un lema vacío.
UN PASADO QUE NUNCA SE FUE
El Partido Revolucionario Moderno (PRM) nació en 2014, como una supuesta ruptura con el Partido Revolucionario Dominicano (PRD). Sin embargo, los mismos líderes, las mismas prácticas y la misma visión de poder se reciclaron en esta nueva organización. Hoy, la historia ha confirmado que el PRM es la continuación de los mismos vicios que hundieron a República Dominicana en décadas pasadas.
DEL CAOS ECONÓMICO DEL PRD AL ENDEUDAMIENTO DEL PRM
Durante el gobierno de Salvador Jorge Blanco (PRD), en los años 80, la economía colapsó. La inflación superó el 700 % y la represión brutal del pueblo dejó un saldo de decenas de muertos. En 2003, bajo Hipólito Mejía, la quiebra de Baninter y otros bancos le costó al país más del 20 % del PIB. Hoy, con Luis Abinader y el PRM, la deuda pública ha alcanzado niveles históricos que superan los 60 mil millones de dólares, sin que eso se haya traducido en obras estructurales ni en mejoras tangibles para la población.
NARCOTRÁFICO Y ESTADO: UN MATRIMONIO DE VIEJA DATA
El PRD fue salpicado por vínculos con el narcotráfico. El caso de Quirino Ernesto Paulino durante el gobierno de Hipólito Mejía es solo un ejemplo. Hoy, el PRM guarda un silencio cómplice frente a funcionarios y allegados señalados por supuestos nexos con estructuras criminales. La falta de transparencia en el financiamiento político y la ausencia de investigaciones profundas muestran que el narco sigue teniendo puertas abiertas en el aparato estatal.
IMPUNIDAD Y CORRUPCIÓN COMO POLÍTICA DE ESTADO
Luis Abinader llegó al poder prometiendo justicia y transparencia, pero la realidad es otra. Casos de sobreprecios en instituciones como INABIE, licitaciones amañadas, cuadernos fantasmas, contrataciones de emergencia irregulares y redes familiares de funcionarios han sido documentados. ¿Y los responsables? Todos protegidos. Así como en el PRD, hoy en el PRM la corrupción se tolera si viene del entorno cercano.
TRÁFICO DE INFLUENCIAS Y NEPOTISMO GENERALIZADO
Los nombramientos de familiares y socios políticos son práctica común. Desde consulados, direcciones generales, ministerios y fideicomisos, se repite la vieja fórmula del PRD: premiar con empleos públicos a los leales, no a los capacitados. Se han documentado casos de redes familiares enteras enquistadas en el gobierno, operando sin control y con beneficios millonarios.
FIDEICOMISOS OSCUROS Y PRIVATIZACIONES ENCUBIERTAS
El caso de Punta Catalina es la muestra más clara de cómo el PRM intentó entregar a terceros, sin control ciudadano, una planta energética pagada por el pueblo. El fideicomiso impulsado por el decreto 538-21 fue duramente criticado por la sociedad civil, al punto que el gobierno tuvo que frenarlo. Sin embargo, la intención quedó clara: apropiarse del patrimonio público a través de figuras legales disfrazadas.
LUIS ABINADER: UN PRESIDENTE AUSENTE ANTE UN PUEBLO DESESPERADO
Mientras la pobreza aumenta, los alimentos suben de precio, y los servicios básicos colapsan, el presidente Abinader prefiere hablar de macroeconomía desde Nueva York o Bruselas. Ha convertido la política exterior en un teatro, mientras dentro del país reina la inseguridad, la desesperanza y la desilusión. No escucha al pueblo. Solo escucha a sus aliados económicos.
PRM Y PRD: MISMO ADN, MISMA RUINA
El PRM no representa una nueva política. Representa el reciclaje de la miseria institucional del PRD: gobiernos corruptos, desorganizados, antipopulares y antiéticos. Cada vez que esta corriente política ha llegado al poder, la nación termina más endeudada, más polarizada y más empobrecida. Hoy no es diferente.
WXM ONE RADIO DENUNCIA
Este no es un gobierno del cambio. Es el mismo desastre de siempre, con corbatas más caras y promesas más vacías. Es momento de que el pueblo despierte. Porque un país no puede progresar mientras su destino siga secuestrado por quienes tienen el fracaso como herencia política.
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