San Salvador, El Salvador — El presidente Nayib Bukele volvió a encender el debate internacional al lanzar duras críticas contra organizaciones de derechos humanos, medios de comunicación y figuras globalistas. A través de sus redes sociales, el mandatario salvadoreño cuestionó los intereses detrás de las denuncias y señalamientos contra su modelo de seguridad.
“Está claro que un país en paz, sin muertos, sin extorsión, sin sangre, sin cadáveres todos los días, sin madres llorando a sus hijos, no es rentable para las ONG de derechos humanos, ni para los medios globalistas, ni para las élites, ni para Soros”, expresó el presidente en un mensaje que rápidamente se viralizó.
Un modelo de seguridad disruptivo
Desde que inició el Régimen de Excepción en 2022, el gobierno salvadoreño ha implementado una ofensiva frontal contra las pandillas, resultando en miles de arrestos. La violencia se ha reducido drásticamente, con índices de homicidios que han llegado a niveles históricos bajos.
Para muchos salvadoreños, estos resultados representan un antes y un después en la historia del país. Las calles han recuperado algo de la tranquilidad perdida por décadas y la percepción ciudadana de seguridad ha mejorado notablemente.
Choque con la narrativa internacional
Sin embargo, este cambio ha venido acompañado de fuertes críticas. Organismos internacionales y medios de renombre han cuestionado las condiciones en las cárceles, las detenciones masivas y la posible vulneración de derechos fundamentales.
Bukele ha respondido sin titubeos: acusa a estas organizaciones de hipocresía y de buscar desestabilizar modelos exitosos que, según él, no se alinean con los intereses globales. “Su problema con El Salvador no es solo que les hicimos perder su negocio acá, sino que ahora nos convertimos en ejemplo de que sí se puede vencer el terrorismo”, afirmó el presidente.
¿Intervencionismo encubierto?
El mandatario también señaló a figuras como el multimillonario George Soros, acusándolo de financiar periodistas y medios con una agenda definida. En su visión, se trata de una red de influencia que promueve una narrativa destinada a mantener a América Latina sumida en el caos, mientras se disfrazan de defensores de los derechos humanos.
Para Bukele, el “negocio del dolor” está perdiendo terreno, y la molestia de ciertas élites internacionales es el mejor indicador de que El Salvador está rompiendo esquemas.
¿Un modelo exportable?
La pregunta que muchos se hacen es si lo que ocurre en El Salvador es replicable en otros países de la región. Algunos gobiernos ya han mostrado interés, mientras que otros se mantienen escépticos ante la posible erosión de libertades civiles.
Lo cierto es que, para bien o para mal, el “modelo Bukele” ya no pasa desapercibido. Y su confrontación abierta con el sistema internacional solo lo hace más visible.
WXM ONE RADIO seguirá dando seguimiento a los cambios profundos que se están gestando en Centroamérica, donde el discurso tradicional empieza a ser desafiado por liderazgos que, para bien o para mal, no piden permiso.
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