La justicia dominicana en la mira por el caso de Sudiksha Konanki
La desaparición de Sudiksha Konanki en Punta Cana el pasado 6 de marzo sigue generando indignación y cuestionamientos en la sociedad dominicana. Mientras su familia clama por justicia y respuestas, las autoridades han permitido que Joshua Riibe, la última persona en verla con vida, permanezca en el país sin enfrentar ninguna consecuencia.
¿Doble moral en la justicia dominicana?
Desde el primer día, la actuación de las autoridades ha sido más que cuestionable. Si Joshua Riibe fuera dominicano, estaría en prisión preventiva desde el primer momento. No habría dudas, ni excusas, ni libertades concedidas. Sin embargo, como es un ciudadano estadounidense, se le ha permitido moverse libremente y alojarse tranquilamente en el mismo hotel donde ocurrió el hecho.
El pueblo dominicano lo sabe y lo dice en voz alta: la justicia en nuestro país no es igual para todos. Cuando se trata de un dominicano de escasos recursos, el Ministerio Público actúa con rapidez, imponiendo medidas de coerción sin contemplaciones. Pero cuando se trata de un extranjero con privilegios, la Procuraduría opta por el silencio y la indiferencia.
Es inconcebible que Joshua Riibe aún no haya sido sometido a un interrogatorio más riguroso ni haya enfrentado cargos formales. ¿Por qué el Ministerio Público ni siquiera ha considerado investigarlo a fondo? ¿Qué intereses están protegiéndolo? ¿Quién está garantizando su impunidad?
Un gobierno mudo ante la indignación popular
Mientras el país entero exige respuestas, el gobierno se ha mantenido en un silencio vergonzoso. Ni el presidente ni la primera dama han dado la cara en este caso. Siempre aparecen cuando se trata de causas mediáticas que les generan popularidad, pero cuando se trata de un caso de injusticia flagrante que afecta la dignidad del pueblo dominicano, prefieren callar.
Este caso ha dejado en evidencia una verdad innegable: nuestra justicia está diseñada para castigar a los más débiles y proteger a los privilegiados. Si un joven dominicano estuviera en el lugar de Joshua Riibe, ya estuviera enfrentando un juicio acelerado, encarcelado y condenado públicamente.
La indignación del pueblo dominicano
La sociedad dominicana no puede permitir que este caso quede impune. No se puede seguir tolerando una justicia que solo actúa cuando le conviene, que se mueve por intereses y que olvida su deber cuando hay extranjeros involucrados.
El pueblo exige respuestas. El pueblo exige justicia. Y no descansaremos hasta que la verdad salga a la luz y se haga lo correcto.
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